Últimamente, pareciera que se vive una cacería a los profesores, pero la realidad es que los tiempos cambian, y nuestro marco normativo se vuelve más y más sensible a los cambios que la sociedad presenta. Tomemos el ejemplo del bullying, que hace 20 años no lo conocíamos de esa forma, y que, con la tecnología, al alcance de todos está teniendo grandes alcances y dañando a más niños y jóvenes hoy más que nunca.
Son muchos los lugares que puedan generar ese maltrato hacia determinada persona, el lugar de trabajo o el núcleo familiar, pero el que nos preocupa en este artículo, es la escuela.
Lo que nos atañe hoy, es el evitar toda posible confusión o situación, que pudiera desencadenar un acto administrativo o demanda de los padres de familia por un posible maltrato de nosotros, hacia los alumnos que se tienen.
Lo sé, lo único que queremos como profesores, es hacer nuestro trabajo, y es probable que la forma de hacerlo pueda causarnos problemas, si nos dejamos llevar por nuestros impulsos, es por ello que te presento estás 3 cosas que no debes hacer con tus alumnos.
No puedes tocarlos: manotazos, zarandeos, jalones de orejas, deja de hacerlo, ni siquiera para corregirlos, un psicólogo puede ser tu mejor mentor para orientarte y saber responder ante caprichos y berrinches, de un niño, pero no puedes maltratarlos de esa forma. Si el niño o joven tiene actitudes agresivas, puedes pedir ayuda del prefecto y otro profesor que sea testigo del comportamiento del niño. Puedes contenerlo, pero ¡OJO!, contener la situación para evitar que se lastime o te lastime, pero no puedes responder a la agresión.
No puedes Insultarlos: “eres un tonto “, “hablas como niña”, “no chille, no sea maricón”. Dejemos de lado todos esos estudios que demuestran que puedes dañar permanentemente a un niño con esas palabras. ¡No puedes hacerlo!, porque a veces se convierte en algo común, y algo que hacemos a cada rato, puede repetirse en otros niños, que, si los padres de familia llegan a saber, pueden exigir tu salida del plantel. Debemos manejarnos siempre en un ambiente de respeto, ya existen delitos que castigan esas conductas, así como leyes para evitar la discriminación, así como el abuso físico y verbal.
Omitir sus reclamos: Con el paso del tiempo, nos volvemos insensibles, negando una ida al baño, haciendo caso omiso a un dolor de estómago, entre otros ejemplos. Lo que si debemos tener en cuenta, es que algunos malestares, pueden no ser comunes, ni parte de un berrinche, por lo que tenemos que estar alertas a alguna situación que se presente. Los niños son responsabilidad del plantel y del maestro por el tiempo que estén en clases, si ocurre una emergencia médica, nosotros podemos tener responsabilidad penal por no hacer caso al llamado del niño.
Espero poder ayudar a que tu labor sea más fácil y segura, procurando no pasar por alto los derechos de los niños y siendo más conscientes de estas medidas cada vez más exigentes en esta profesión.
